POLITICA

Todo listo para el fraude electoral el 2026

El tejido democrático de un país se encuentra bajo amenaza cuando las instituciones encargadas de garantizar la transparencia electoral muestran signos de debilidad y complicidad.

En el contexto político del Perú, la sombra del fraude electoral se cierne ominosamente sobre el horizonte de las próximas elecciones del 2026, alimentada por una red de intereses oscuros que se entrelazan entre la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y los cuestionables magistrados de la Junta Nacional de Justicia (JNJ).

La destitución de los miembros de la Junta Nacional de Justicia, Inés Tello y Aldo Vásquez, aprobada por el Congreso de la República, podría ser percibida como un atisbo de esperanza en la lucha contra la corrupción y la manipulación política.

Sin embargo, esta luz se desvanece rápidamente cuando se vislumbra la posible ratificación de Piero Corvetto como jefe de la ONPE, un personaje envuelto en polémicas y acusaciones de favorecer a ciertos candidatos en elecciones pasadas.

La JNJ, encargada de evaluar la permanencia de Corvetto en su cargo, parece emprender este proceso en un silencio que resulta inquietante.

Mientras tanto, la figura de Jorge Luis Salas Arenas en el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), quien avaló la inscripción de un partido con vínculos con el líder etnocacerista Antauro Humala, agrega más combustible a las sospechas de manipulación electoral.

El periodista Augusto Thorndike, consciente del peligro que representa la permanencia de figuras controvertidas en instituciones clave para la democracia, ha levantado su voz para advertir sobre los riesgos que esto implica.

Thorndike subraya la necesidad urgente de que el Congreso intervenga para evitar cualquier intento de manipulación del proceso electoral y para preservar la integridad de la democracia peruana.

En este complejo entramado político, el escenario se perfila ominoso. La posibilidad de un fraude electoral gestado desde las mismas instituciones encargadas de velar por la transparencia y la equidad en las elecciones constituye una afrenta directa a la voluntad popular y a los pilares fundamentales de la democracia.

Es crucial que la ciudadanía esté alerta y vigilante ante cualquier indicio de irregularidad o manipulación en el proceso electoral.

El futuro de la democracia peruana depende de la capacidad del pueblo para exigir la verdad y la justicia, y para resistir cualquier intento de socavar la legitimidad de sus elecciones y el respeto a su voluntad soberana.

Opiná. Todavía es Gratis!
Botón volver arriba