Solidaridad con Fernando Rospigliosi tras lo acontecido
En un acto que muchos consideran un intento flagrante de silenciar a sus críticos, el suspendido jefe de la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (Diviac) de la Policía Nacional del Perú, coronel PNP Harvey Colchado, ha presentado una demanda por difamación agravada contra el congresista Fernando Rospigliosi (Fuerza Popular).
Este hecho se enmarca en un contexto de creciente tensión y controversia en torno a las actividades y actuaciones de Colchado, quien ha sido objeto de múltiples acusaciones y cuestionamientos sobre su conducta y desempeño profesional.
La demanda presentada por Colchado no solo busca una condena penal de un año y ocho meses de privación de libertad para Rospigliosi, sino que también exige una multa de 180 días, equivalente a un pago de 2,790 soles, y una exorbitante reparación civil de un millón ochocientos mil soles.
Estas cifras han sido consideradas por muchos como desproporcionadas y reflejan una clara intención de intimidar y coartar la libertad de expresión del congresista y de otros críticos de Colchado.
Rospigliosi ha respondido a esta demanda con firmeza y determinación, calificándola de «ridiculez» y denunciando lo que percibe como un intento desesperado por parte de Colchado de acallar las voces que han cuestionado su integridad y sus acciones.
El congresista ha sido enfático al señalar que las acusaciones en su contra carecen de fundamento y que solo buscan desviar la atención de las graves irregularidades que han salido a la luz en relación con el desempeño de Colchado en su cargo.
En declaraciones a la prensa, Rospigliosi ha subrayado que su crítica hacia Colchado se basa en evidencia documentada y en un legítimo ejercicio de su derecho a expresar preocupaciones sobre la conducta de un funcionario público.
Según él, las acciones legales emprendidas por Colchado no son más que una táctica para desviar la atención de las investigaciones y denuncias que pesan sobre él.
«Simplemente quiere callar las críticas y las denuncias que se le han hecho. Yo, precisamente, publiqué un documento en donde se le señala (sus intenciones) de negociar con el Ministerio del Interior su situación», afirmó Rospigliosi, añadiendo que «es la típica acción de individuos como este, desesperados, pues ya ha sido puesto al descubierto todas las artimañas que ha venido tramando desde hace un buen tiempo en el cargo que ostentaba».
La solidaridad hacia Rospigliosi es un recordatorio de que, en una sociedad democrática, es esencial defender el derecho a la libre expresión y a la crítica legítima, especialmente cuando se trata de cuestionar a aquellos en posiciones de poder.
Toda nuestra solidaridad a Rospigliosi frente a la injusticia de un cuestionada coronel que ha jugado en pared con la denominada “mafia caviar”