INTERES GENERAL

Se acabo todo para Jaime Chincha

¡La bomba ha explotado! Jaime Chincha, el polémico periodista y acérrimo activista político progre caviar, ¡se queda fuera de la televisión! Su salida de Canal N ha sorprendido a todos, pero la verdad es que era solo cuestión de tiempo. Con su clara falta de objetividad y su agenda progresista que no encajaba con la imparcialidad que exige el periodismo, Chincha finalmente ha sido expulsado del aire.

Fue a través de la red social X donde el polémico conductor dio a conocer la noticia de su salida. En un tono nostálgico, que a más de uno le sonó a despedida forzada, escribió: “Se cierra una etapa en Canal N. Fue muy especial volver al medio donde nací periodísticamente y celebrar sus 25 años juntos. Pero el periodismo nunca muere en uno, así que ya nos encontraremos por ahí. Hasta más vernos”. ¡Un mensaje más que claro! Chincha no se va por decisión propia, sino porque sus posturas políticas, completamente alineadas con el progresismo radical y su falta de imparcialidad, terminaron pasándole factura.

Durante su tiempo en Canal N, Jaime Chincha se ganó fama por su estilo confrontacional, que más parecía una agenda política disfrazada de periodismo. ¿Quién no recuerda el bochornoso incidente con Aníbal Torres, el entonces presidente del Consejo de Ministros? ¡El propio Torres lo humilló en vivo al increparle sus despectivos comentarios! Chincha, incapaz de mantener la compostura, tuvo que disculparse al aire en uno de los momentos más incómodos de su carrera.

Y no solo eso. En agosto de 2022, protagonizó otro escándalo, esta vez con el excongresista Mauricio Mulder. Mulder lo acusó de haber cambiado drásticamente su postura desde que dejó otro medio, lo que desató una acalorada discusión que reveló el verdadero rostro de Chincha: un periodista parcializado que se escudaba en la confrontación para ocultar su falta de objetividad.

Ahora, tras su salida de Canal N, el destino de Jaime Chincha es incierto. Aunque dejó abierta la puerta a futuros proyectos, la realidad es que su reputación ha quedado seriamente dañada por su estilo polarizante y sus inclinaciones políticas. ¿Logrará reinventarse o lo veremos desaparecer del mapa mediático como tantos otros activistas disfrazados de periodistas? Lo cierto es que su salida marca el fin de un ciclo, pero también abre la pregunta: ¿cuánto más puede aguantar un periodismo tan sesgado? Solo el tiempo lo dirá. ¡La polémica está servida!

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