POLITICA

No vas a creer lo que dijo Buttres sobre la Iglesia Catolica

Phillip Butters, conocido por su estilo confrontacional y sus comentarios polémicos, volvió a levantar la voz con una dura crítica hacia la Iglesia Católica en el Perú. Durante su programa «Combutters,» el comunicador no solo cuestionó la postura ideológica de los líderes religiosos del país, sino que también denunció lo que él percibe como un grave problema de corrupción y tiranía dentro de las filas clericales.

Butters comenzó su crítica aludiendo al comunicado emitido por la Asociación de Oficiales Generales y Almirantes del Perú (ADOGEN), que arremetió contra la Conferencia Episcopal en relación con la Ley 32107, también conocida como la «ley de lesa humanidad.» Según Butters, este pronunciamiento marca un punto de inflexión en la relación entre la Iglesia y la sociedad peruana. “ADOGEN ha hecho un pronunciamiento durísimo frente a la Iglesia peruana. Esto va a tener consecuencias en un futuro,» afirmó, destacando que la Iglesia está «absolutamente ideologizada.»

Para Butters, el problema va más allá de una simple inclinación política. El comunicador acusó abiertamente a varios miembros de la Iglesia peruana de ser «comunistas y caviares,» una terminología que en el contexto peruano se utiliza para describir a personas con posturas políticas de izquierda y que promueven una agenda progresista. “Esto es público y conocido,” agregó, subrayando que “el arzobispo de Lima es lo que le sigue al caviar.”

La crítica de Butters no se limitó a cuestiones ideológicas. El conductor de televisión también arremetió contra la falta de acción de la Iglesia frente a graves denuncias de abuso dentro de sus propias filas.

“La Iglesia peruana jamás ha denunciado a un solo cura violador en ninguna comisaría ni Fiscalía del Perú,» señaló con contundencia. Esta afirmación, sin duda, toca una fibra sensible en un país donde las denuncias de abuso por parte de miembros del clero han sido constantes pero rara vez han llevado a acciones concretas. «Hay obispos que tienen hasta hijos. Ninguna sola denuncia, ni de violaciones, ni de tocamientos, ni de corrupción,» continuó Butters, pintando un cuadro de impunidad y encubrimiento sistemático.

El comunicador no se detuvo ahí. Calificó el comunicado de ADOGEN como un llamado a la conciencia, acusando a los curas peruanos de ser «traidores y sinvergüenzas.» Según él, la influencia del comunismo y el progresismo en la Iglesia peruana ha alcanzado niveles sin precedentes, describiendo la situación como «inédita.»

Butters también se refirió al papel del Vaticano en estos asuntos, mostrando su escepticismo respecto a cualquier repercusión que las críticas puedan tener en Roma. Mencionó que “el Papa le ha mandado prácticamente una bendición al dictador Maduro al haberle presentado credenciales el nuevo Nuncio allá en Caracas,” insinuando una complicidad ideológica entre el liderazgo de la Iglesia y regímenes autoritarios.

La crítica final de Butters fue devastadora. Acusó a los curas peruanos de estar más comprometidos con Marx que con Cristo, lo que, según él, ha alejado a los fieles de las iglesias católicas y ha fomentado el crecimiento de las iglesias evangélicas en el país. “Por eso en el Perú hay tan poca gente que está yendo a misa y por eso han crecido tanto las iglesias evangélicas en el Perú,” afirmó, añadiendo que “los curas peruanos son caviares y son progres y quieren más a Marx que a Cristo.”

Butters concluyó su intervención criticando la falta de acción de la Iglesia durante la pandemia, específicamente en relación con las medidas tomadas por el gobierno de Martín Vizcarra. Según el comunicador, los líderes religiosos no tuvieron el coraje de enfrentarse al entonces presidente cuando este ordenó el cierre de las iglesias, impidiendo que los fieles pudieran asistir a misa o recibir sacramentos esenciales como el bautismo.

Para Butters, esta sumisión es otra prueba de la corrupción ideológica que, según él, ha tomado el control de la Iglesia en el Perú.

Phillip Butters, con su estilo característico, no dejó ninguna duda sobre su opinión respecto a la situación de la Iglesia Católica en el país. Sus palabras, cargadas de indignación y crítica, buscan despertar una reflexión profunda sobre el papel de la Iglesia en la sociedad peruana y su responsabilidad frente a sus fieles.

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