Mira la maniobra de Chibolin para salir de prision
El polémico conductor de televisión Andrés Hurtado, conocido como “Chibolín”, vuelve a estar en el centro de un escándalo que podría costarle caro. La exprocuradora Katherine Ampuero ha alzado la voz para exigir que se investiguen las presuntas amenazas que Hurtado habría lanzado contra los fiscales que llevan su caso.
Según un informe del medio Perú21, el presentador no solo habría intimidado a las autoridades, sino que también estaría moviendo piezas estratégicas con un “amigo” fiscal adjunto supremo para cambiar su situación judicial.
Ampuero fue contundente al condenar estas acciones:
“Ninguna persona, esté privada o no de su libertad, puede amenazar a una autoridad como es un fiscal. Si estas amenazas realmente ocurrieron, la Fiscalía tiene el deber de registrar este hecho y remitir las pruebas al fiscal penal correspondiente para abrir una nueva investigación por coacción contra una autoridad”, señaló.
Las alarmantes declaraciones de Ampuero se suman a la revelación de que, antes de su interrogatorio, Hurtado habría advertido que escarbaría en el historial de los fiscales responsables de su caso, sugiriendo tener contactos de alto nivel para influir en el proceso. Estas acciones han sido catalogadas como maniobras sucias que buscan entorpecer la investigación y el desarrollo de la justicia.
Tácticas de distracción y manipulación
Además, el abogado de “Chibolín”, Elio Riera, interpuso una tutela de derechos por imputación necesaria, alegando que no existen suficientes pruebas contra su cliente. Sin embargo, Ampuero desestimó este recurso calificándolo de estrategia dilatoria:
“Es completamente falso. El pedido de prisión preventiva incluye detalles claros de los hechos que se le imputan a Hurtado, respaldados por evidencia contundente presentada por la Fiscalía”, aseguró.
Pero eso no es todo. Un informe del programa Cuarto Poder destapó chats comprometedores entre Andrés Hurtado y Roberto Siucho, donde el conductor presionaba al jugador para que le pagara una suma de dinero a cambio de haber facilitado, supuestamente, su nacionalidad china. Estas conversaciones no solo exponen un lado oscuro de Hurtado, sino que también refuerzan las sospechas sobre un modus operandi que mezcla coacción e influencias en su favor.
¿Un hombre desesperado o un manipulador profesional?
La imagen de “Chibolín” se tambalea mientras nuevos detalles salen a la luz. Las presuntas amenazas y el uso de contactos para intentar salir de prisión pintan un panorama donde la justicia parece estar bajo ataque. ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar Andrés Hurtado para evadir las consecuencias de sus actos?
Este escándalo no solo afecta su credibilidad, sino que también pone en jaque el sistema judicial peruano, que deberá actuar con firmeza para evitar que este tipo de maniobras queden impunes. La ciudadanía está atenta, esperando que se esclarezca la verdad y que, de ser culpable, “Chibolín” enfrente la justicia como corresponde.