REDES SOCIALES

Juliana recibio su merecido tras lo que dijo sobre la Virgen Maria

La polémica periodista Juliana Oxenford, quien en su momento fue una figura destacada en la televisión de señal abierta, ha vuelto a ser blanco de críticas tras sus recientes declaraciones sobre una obra de teatro que buscaba presentar una representación que muchos consideraron vejatoria hacia la imagen de la Virgen María, titulada «María Maricón».

Estas palabras no solo indignaron a la mayoría católica del país, sino que avivaron un debate nacional sobre el respeto a la fe y las creencias religiosas.

Desde su programa Búnker, Oxenford no solo defendió la polémica obra teatral, sino que minimizó la ofensa al señalar que el trasfondo de la indignación popular era, según ella, un acto de homofobia.

Afirmó, sin reparo alguno, que, si el título hubiera sido «María Prostituta» o «María Burrier», la controversia habría sido inexistente.

“Creo que el epicentro de tanta bronca y odio es la homofobia. Si no hubiese sido María, sino María prostituta o María burrier, no hubiera generado tanta bulla, estoy convencida de eso”, expresó la periodista en su programa.

Estas palabras generaron un aluvión de críticas en redes sociales, donde los usuarios no tardaron en cuestionar su falta de sensibilidad hacia la fe de los millones de católicos en el país. En la red social X (antes Twitter), los comentarios no se hicieron esperar:

“Se le está metiendo el bótox al cerebro. Cualquier falta o burla hacia la religión del 76% de los peruanos se repudia”.

“¿En qué se convirtió esta mujer? Hace muchos años hacía un excelente trabajo, qué lástima que terminó así”.

“Ella es fan del libertinaje total sin censuras de ningún tipo. Si se recrearan escenas teatrales de incestos y pedofilias, igual estaría de acuerdo en que no sean censuradas”.

“Con razón la botan de todo lado y terminó en la cloaca de La República”.

Muchos coincidieron en que el respeto a las creencias religiosas es fundamental en una sociedad diversa como la peruana, donde la Virgen María representa un símbolo sagrado para millones de personas.

La ironía en este caso no pasó desapercibida: Oxenford, quien eligió el nombre María para su hija, parece haber olvidado la importancia y el significado que este nombre tiene para millones de fieles. La indignación nacional trasciende la simple defensa de un dogma religioso; se trata de un llamado a respetar los valores y símbolos que cohesionan a la sociedad peruana.

Este incidente ha demostrado que el papel de los comunicadores no solo es informar, sino también ser conscientes del impacto de sus palabras.

Juliana Oxenford, una vez admirada por su agudeza periodística, parece haber perdido el rumbo, priorizando la polémica sobre el respeto.

Las críticas, justificadas por la magnitud de su desatino, podrían marcar otro capítulo negativo en su ya cuestionada carrera profesional.

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