Fleischman le recuerda a Sagasti lo cobarde que fue en embajada japonesa
Una nueva realidad ha salido a la luz relacionada con el presidente Francisco Sagasti, cuando durante la toma de la Embajada de Japón Sagasti pidió autógrafos a los emerretistas que los mantenían prisioneros dentro de la Embajada; al ser un acto tan abismal y fuera de lugar, Sagasti expresó lo siguiente, tratando de justificar sus acciones.
“Quieren hacer parecer un reclamo y exigencia de que los t.e.r.r.o.r.i.s.t.a.s reconozcan de su puño y letra que me tuvieron secuestrado, como lo opuesto. Toda mi vida he rechazado el t.e.r.r.o.r.i.s.m.o y la v.i.ol.e.n.c.i.a armada. Quienes usan este incidente para fines políticos saben que están mintiendo y engañando a la población”, expresó en el Diario Expreso.
Sin embargo, lo que resalta es la doble moral que exhibe con tal de que haya podido salir ileso en ese momento. En un fuerte comentario de Eddie Fleischman vía Twitter lo da a conocer:
“Yo recuerdo que cuando s.e.c.u.e.s.t.r.a.r.o.n la embajada de Japón, hubo algunos que salieron antes, quien sabe por qué motivos, pero ahí no hubo nadie que diga “EQUIDAD, salimos todos o no sale nadie” ¿verdad? Qué suerte y que memoria corta de algunos, ¿no?” Eddie Fleischman.
No hubo comentarios hirientes dónde se daba prioridad a una persona por encima de la otra, así como Sagasti lo hace ahora con las vacunas. Ambas situaciones se asemejan porque todos luchan por sus vidas dónde los títulos, carreras y profesiones pasan a un segundo plano.
Entonces, ¿con qué descaro Sagasti dice que habrá equidad? Hace nada dijo que una empleado informal está por encima de uno el cual su jefe puede pagarle la vacuna.
En estos momentos no existen títulos, no existen profesiones, existen PERSONAS que luchan por sus vidas para no terminar contagiados, así como él estuvo hace años bajo la a.m.e.n.a.z.a de los MRTA.
Cada vida vale sin importar nada. Pero al él tener la facilidad de vacunarse sin problema no ve la crisis que azota a la población. Lo cual es tan mezquino que no puede siquiera nombrarse.