POLITICA

Arrruinaron para siempre a Antauro

El reciente fallo del Poder Judicial constituye un duro golpe para Antauro Humala, el exmilitar y líder etnocacerista que, tras haber cumplido una condena de 17 años de prisión por el sangriento ‘Andahuaylazo’ –una insurrección armada en la que perdieron la vida cuatro policías–, aspiraba a postularse a la presidencia del Perú.

La Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia ha declarado fundada la solicitud de la Fiscalía de la Nación para declarar ilegal la organización política de Humala, Alianza Nacional de Trabajadores, Agricultores, Universitarios, Reservistas y Obreros (A. N. T. A. U. R. O.), un partido con el que el líder planeaba llevar sus ideales al plano electoral.

La decisión judicial fue adoptada por mayoría, lo que demuestra el consenso en la Corte sobre la naturaleza antidemocrática de los ideales y acciones impulsados por Humala y sus seguidores. Según detalla el fallo, la organización política será cancelada del Registro de Organizaciones Políticas y se procederá con el cierre de todos sus locales partidarios.

Además, la sentencia establece la prohibición de reinscribir la organización bajo cualquier registro político, dejando así a Humala y sus colaboradores en una situación de total desamparo político. Este resultado es visto como una contundente respuesta de las instituciones democráticas ante las amenazas de quienes buscan alcanzar el poder mediante discursos que desafían el orden constitucional.

A pesar de esta derrota judicial, Humala ha respondido con sus ya característicos comentarios desafiantes, insistiendo en que no está “resocializado”, una declaración que subraya su resistencia a los valores y normas establecidos por la democracia peruana. Durante una entrevista en Radio Santa Rosa, el exmilitar afirmó con vehemencia que no tiene intenciones de «resocializarse» y cuestionó el estado actual de la democracia, llegando a calificarla de “prostituta”.

Según Humala, aceptar una postura resocializada sería reconocer como un error su levantamiento armado contra los expresidentes Alberto Fujimori y Alejandro Toledo, a quienes acusa de corrupción.

Las declaraciones de Humala no solo demuestran su negativa a adaptarse al sistema, sino que también representan una clara postura contra el marco democrático peruano. Con un tono desafiante, el etnocacerista subrayó lo que él considera una desconexión entre la democracia y el pueblo peruano, al afirmar que «el 80 % del Perú es informal, ilegal y casi subversivo».

A través de estas afirmaciones, Humala expone su visión de una nación que, en sus palabras, nunca ha estado «resocializada» y que continúa siendo víctima de la corrupción y el mal manejo de aquellos en el poder.

Este fallo del Poder Judicial no solo frena las aspiraciones políticas de Humala, sino que también sienta un precedente importante en la defensa de la democracia peruana frente a líderes que abiertamente promueven el desacato y la subversión. La decisión deja claro que los intentos de acceso al poder por vías antidemocráticas no serán tolerados y que los partidos políticos que busquen promover una agenda de confrontación violenta y desconocimiento de la institucionalidad están destinados al fracaso en el sistema democrático.

A pesar de esta derrota, Humala sigue siendo una figura polémica y, en su discurso, simboliza una visión extremista que desafía el orden político y social del Perú. Sin embargo, esta decisión del Poder Judicial es una muestra de que el país, con sus imperfecciones, sigue comprometido en la defensa de una democracia que, aunque criticada, prevalece frente a los embates de aquellos que desean subvertirla en favor de una visión autoritaria.

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