Al fin cayeron las hijas de Chibolin
La ostentosa vida de Génnesis y Josetty Hurtado ha comenzado a levantar serias sospechas entre las autoridades estadounidenses. Rodeadas de lujo y con un estilo de vida envidiable, estas jóvenes influencers han captado la atención de la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA), que ya ha iniciado una investigación para determinar el origen de sus fondos.
La caída de su padre, el polémico conductor Andrés Hurtado, conocido como ‘Chibolín’, parece haber sido el detonante de un escrutinio que amenaza con poner fin a sus carreras y a su futuro.
Mientras pasean por mansiones, exhiben lujosas prendas de alta costura, conducen autos de alta gama y se lucen con joyas de valor incalculable, la pregunta que muchos se hacen es inevitable: ¿cómo sostienen este estilo de vida solo con sus ingresos de influencers? La respuesta, según investigaciones preliminares, podría estar lejos de ser una simple cuestión de popularidad en redes sociales.
Un ex asistente de ‘Chibolín’, identificado como “Chamo”, reveló recientemente al programa “Beto a Saber” que Andrés Hurtado enviaba grandes sumas de dinero a sus hijas desde Perú en distintas remesas. Estas transacciones, hechas para evitar levantar sospechas, no eran realizadas directamente por Hurtado, sino que se utilizaban intermediarios, trabajadores de su confianza, para hacer los envíos. Según este testimonio, todo el costoso estilo de vida de Génnesis y Josetty, desde autos de lujo hasta el alquiler de sus mansiones en Los Ángeles, estaba financiado por su padre.
“Sus hijas no tienen ni un dólar, todo es pantalla”, aseguró “Chamo” al describir la situación. Incluso relató cómo un vehículo Rolls-Royce, valorado en 150,000 dólares, fue adquirido en parte mediante pagos fraccionados.
Sin embargo, afirmó que todos los gastos, desde el mantenimiento de la casa de su madre en Miami hasta los carros y lujos de las hermanas Hurtado, eran cubiertos por el propio Andrés. Estos pagos se realizaban en pequeñas transferencias para no despertar sospechas en los bancos, que limitan el envío de más de 7,000 dólares por operación al extranjero.
Este modus operandi, conocido como “pitufeo” o “smurfing”, consiste en fragmentar grandes sumas de dinero en múltiples transacciones menores para evadir los controles financieros. Según “Chamo”, Andrés Hurtado empleaba este sistema para enviar dinero a sus hijas de manera encubierta.
Las revelaciones no se detienen ahí. Según fuentes del diario Perú 21, la DEA ha comenzado a trabajar en conjunto con la fiscal Alejandra Cárdenas, quien lleva las investigaciones más avanzadas en relación a este caso.
Inicialmente, las pesquisas se habían centrado en delitos de corrupción de funcionarios públicos, sin embargo, la DEA se ha involucrado debido a la sospecha de que los fondos utilizados por Hurtado y sus hijas podrían tener vínculos con operaciones de lavado de activos y otras actividades ilícitas.
En particular, la investigación se ha dirigido a esclarecer si Andrés Hurtado habría utilizado influencias para pagar sobornos a jueces y fiscales, con dinero proveniente del extranjero, específicamente de Estados Unidos. Un caso emblemático que está siendo investigado involucra a la fiscal superior Elizabeth Peralta, quien habría solicitado hasta un millón de dólares para lograr la devolución de barras de oro incautadas al empresario Javier Miu Lei en 2020.
Pese a las recientes declaraciones de Génnesis y Josetty, quienes afirman que su riqueza proviene exclusivamente de su trabajo como influencers, las autoridades estadounidenses no parecen estar convencidas.
La DEA, reconocida por su capacidad para detectar evasiones de impuestos y transacciones sospechosas a nivel mundial, ha puesto su foco sobre ellas. El fiscal de Lavado de Activos, José Manuel Espinoza Vin, ya ha ampliado la investigación y se espera que pronto haya más involucrados en el caso que rodea a ‘Chibolín’.
La carrera de Génnesis y Josetty Hurtado como figuras públicas está al borde del colapso. Lo que empezó como un escándalo que parecía no afectar directamente a las hermanas, ahora ha derivado en una investigación que podría llevarlas ante la justicia.
Con la DEA siguiendo cada uno de sus pasos, el futuro de las hijas de Andrés Hurtado parece sombrío. Si las acusaciones se confirman, no solo enfrentarán el escrutinio mediático, sino también graves consecuencias legales que podrían marcar el fin de su vida pública tal como la conocen.